Los 5 misterios de la noche encantada de Halloween
- María Sánchez Iglesias
- Oct 9
- 3 min read

Una noche para disfrazarse de libertad, alegría, convivencia y generosidad.
Cada 31 de octubre, el barrio se transforma. Luces encendidas, calabazas en los porches, risas que se mezclan con el eco de “trick or treat”. Por unas horas, todos somos parte de una misma historia: la noche encantada de Halloween. Una celebración llena de color, alegría y libertad, donde los disfraces nos liberan, los dulces nos acercan y la convivencia nos recuerda lo simple que es dar y recibir.
Halloween es una noche para explorar la libertad de ser otros, de reírnos del miedo, de compartir con el de al lado y de dar con alegría.
Una noche donde lo cotidiano se convierte en juego y lo desconocido deja de asustarnos para volverse parte de la diversión.

Aquí te contamos los misterios de esta celebración que, año tras año, ilumina nuestras calles y despierta la creatividad de todos.
Primer misterio: la libertad del disfraz

Halloween es una invitación a jugar con la identidad. Por una noche, nadie es quien siempre es.
El tímido se convierte en pirata, el adulto en superhéroe, el niño en dragón. Los disfraces nos liberan, nos permiten reírnos de nosotros mismos y sentirnos parte de algo colectivo.
Caminar por las calles disfrazados es, en el fondo, una pequeña declaración de libertad: la de atrevernos a ser diferentes.
Segundo misterio: el nombre sagrado detrás del susto

Aunque parezca increíble, la palabra Halloween proviene del inglés antiguo All Hallows’ Eve, que significa “la víspera de Todos los Santos”. Con el paso del tiempo se fue acortando hasta convertirse en la palabra que hoy conocemos. Una fiesta que nació para honrar a los santos y los difuntos terminó convertida en una noche de risas, luces y convivencia. Pero en el fondo, el espíritu de recordar sigue ahí: presente en cada vela, en cada sonrisa.
Tercer misterio: la noche que encendía el fuego del alma

Los antiguos celtas celebraban el Samhain, el fin de la cosecha y el inicio del invierno. Esa noche encendían hogueras para mantener la luz y protegerse de la oscuridad. Con el tiempo, ese fuego se transformó en linternas, en velas dentro de calabazas, en luces de colores que hoy decoran nuestras calles. El fuego sigue ahí, ahora convertido en el brillo de las miradas que se cruzan en una noche donde todos participan.
Cuarto misterio: la calabaza que ilumina la imaginación

La famosa calabaza tallada nació de una leyenda irlandesa sobre Jack el Tacaño, condenado a vagar con una vela dentro de un nabo. Cuando la tradición llegó a América, los nabos se convirtieron en calabazas y nació el Jack O’Lantern. Hoy, más allá del mito, esa luz representa la creatividad y el ingenio de cada quien: niños que dibujan, padres que tallan, vecinos que se saludan… todos contribuyendo a mantener encendida la llama de la comunidad.
Quinto misterio: el dulce arte de convivir y de dar

El Trick or Treat es mucho más que dulces: es el gesto que une a los vecinos. Es abrir la puerta, ofrecer algo, reírse juntos. Una forma sencilla —y deliciosa— de practicar la generosidad. Dar dulces, dar tiempo, dar sonrisas: todo se vale cuando se comparte de corazón.
Halloween, más que una noche de sustos, es una celebración de la alegría de convivir, de salir, de vernos, de disfrutar el barrio y su energía compartida.
Así es Halloween:
Una fiesta encantada, mitad historia y mitad juego.
Una noche para reírnos del miedo, para crear recuerdos, para compartir y para dar.
Porque la magia de Halloween también vive en el gesto simple de abrir la puerta y ofrecer con una sonrisa.
Por un mundo más Arandas, donde cada tradición nos une y cada historia tiene su sabor.
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